300 vuelos entre New York y San Francisco: la cantidad brutal de CO2 que genera entrenar una IA

300 vuelos entre New York y San Francisco: la cantidad brutal de CO2 que genera entrenar una IA
300 vuelos entre new york y san francisco: la cantidad brutal de co2 que genera entrenar una ia

Aunque promete revolucionar mĂșltiples industrias, la inteligencia artificial (IA) estĂĄ emergiendo como una significativa preocupaciĂłn medioambiental.


Y es que el entrenamiento de modelos de IA, especialmente los grandes modelos generativos, consume cantidades masivas de energĂ­a: un estudio realizado por la Universidad de Massachusetts destacĂł que entrenar ciertos modelos populares puede generar hasta 283.949 kilogramos de diĂłxido de carbono, lo equivalente a 300 vuelos round trip entre New York y San Francisco.


Grandes empresas tecnolĂłgicas, como Microsoft, estĂĄn invirtiendo significativamente en la expansiĂłn de centros de datos para satisfacer la demanda de productos basados en IA.


La construcciĂłn de estos centros requiere materiales intensivos en carbono como el acero y el cemento, contribuyendo aĂșn mĂĄs a las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI).


Otro problema ambiental asociado con la IA es la gestiĂłn de los desechos electrĂłnicos: los dispositivos y equipos utilizados para el desarrollo y operaciĂłn de IA contienen sustancias peligrosas como plomo, mercurio y cadmio, que pueden contaminar el suelo y los suministros de agua, representando un riesgo tanto para el medio ambiente como para la salud humana. La correcta gestiĂłn y reciclaje de estos desechos es crucial para minimizar su impacto negativo.


¿CĂłmo impacta la IA en los ecosistemas naturales?


La implementación de IA en diversas aplicaciones, como vehículos autónomos y drones de entrega, también plantea riesgos para los ecosistemas naturales. El uso intensivo de pesticidas y fertilizantes en la agricultura asistida por IA puede contaminar el suelo y el agua, afectando la biodiversidad.


En la misma lĂ­nea, las decisiones automatizadas por sistemas de IA pueden estar sesgadas si se basan en datos incompletos o inexactos, priorizando el crecimiento econĂłmico sobre la protecciĂłn ambiental.


¿CĂłmo se evalĂșa la huella de carbono de la inteligencia artificial?


La falta de transparencia en el desarrollo y uso de la IA dificulta la evaluaciĂłn precisa de su huella de carbono y su impacto ambiental. Es por ello que, segĂșn los expertos, es esencial promover procedimientos mĂĄs transparentes asĂ­ como regulaciones que aseguren que el desarrollo de IA vaya en lĂ­nea con preocupaciones ambientales.


Así las cosas, la colaboración entre empresas, académicos y legisladores, es vital para fomentar pråcticas sostenibles en la creación, uso y desecho de tecnologías de IA. Al equilibrar los beneficios de la IA con la protección de los ecosistemas naturales, podemos asegurar un futuro sostenible donde la tecnología y la naturaleza coexistan de manera armoniosa.


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