Muere el módulo de aterrizaje lunar de la misión Artemis 1 de la NASA

OMOTENASHI fuera

¡Noticias trágicas desde el espacio! Un CubeSat de fabricación japonesa llamado OMOTENASHI (Outstanding MOon exploration TEchnologies demonstrated by NAno Semi-Hard Impactor) ha muerto tras ser liberado por la misión Artemis de la NASA.

"Aunque hemos intentado recuperar OMOTENASHI y comenzar las secuencias de aterrizaje hoy, la comunicación no ha vuelto, y hemos renunciado a nuestra operación de Ultra Alta Frecuencia en la fase de aterrizaje", rezaba un tuit del lunes del Proyecto OMOTENASHI. "Gracias por la excelente cooperación de todos. Si efectivamente hubiera llegado a la Luna, habría sido la primera nave espacial de Japón en aterrizar en la superficie lunar, un hito para la nación espacial, pero que lamentablemente tendrá que esperar un poco más.

Esperanzas frustradas

OMOTENASHI fue uno de los tres CubeSats que se lanzaron con Artemis I, junto con ArgoMoon, construido por la empresa italiana de vuelos espaciales Argotec, y el propio CubeSat-biolab BioSentinel de la NASA, ambos todavía intactos y en ruta.

La carga útil de JAXA, sin embargo, era la única que debía realizar un aterrizaje controlado en la superficie lunar. Los científicos tenían la esperanza de que, al conseguir que OMOTENASHI llegara a la Luna, podrían entender mejor los aterrizajes de las naves pequeñas, una tarea importante para el futuro de los viajes espaciales económicos.

"Su objetivo principal", se lee en un blog de la NASA, publicado en julio de 2021, "es probar las tecnologías y las maniobras de trayectoria que permiten que un pequeño módulo de aterrizaje aterrice en la Luna manteniendo intactos sus sistemas, incluidos los de energía, comunicación y propulsión". Por desgracia, las cosas no salieron como estaba previsto, y la pequeña nave japonesa, que pesaba unos adorables 9 kilos, está fuera de combate. Y aunque probablemente sea mejor que OMOTENASHI desaparezca en lugar del enorme y carísimo SLS, es ciertamente triste para los que trabajaron en su construcción, así como para Japón en general: si todo hubiera salido bien, habrían sido el cuarto país en aterrizar una nave en la superficie de la Luna. No se puede ganar a todos, pero sin duda es difícil de perder.