La NASA acelera la llegada a Marte con el dispositivo SHIELD
¡Impacto en Marte! El dispositivo SHIELD de la NASA acelera la exploraciĂłn espacial
En 2022, bajo el sol achicharrante del agosto californiano, un grupo de cientĂficos del Laboratorio de PropulsiĂłn (JPL) de Caltech, desplegĂł uno de esos experimentos que quitan el hipo. Tan simple como rocambolesco. El equipo montĂł una enorme torre de 27 metros de alto, izĂł hasta su cĂșspide un cofre cĂłnico en el que antes habĂa metido un smartphone, una radio y un acelerĂłmetro y luego lo lanzĂł con una fuerza brutal contra una plancha de acero de cinco centĂmetros de grosor.
Y lo de brutal —dadas las circunstancias— parece un calificativo bastante oportuno. Durante su descenso el peculiar proyectil alcanzĂł una velocidad de 177 kilĂłmetros por hora y chocĂł contra el acero con una fuerza de un millĂłn de newtons, mĂĄs o menos el equivalente al impacto de 112 toneladas. El golpe fue tan contundente que el cofre rebotĂł y se elevĂł un metro.
El cono metĂĄlico quedĂł aplastado, prĂĄcticamente irreconocible. Lo que cabĂa esperar. Y lo que esperaban de hecho los investigadores del JPL, que tras documentar todo el proceso se acercaron al proyectil y lo abrieron para descubrir que… —¡Sorpresa!— el celular, la radio y el acelerĂłmetro estaban intactos. Durante el impacto solo se habĂan roto algunas piezas de plĂĄstico del propio cofre, pero nada que quitase el sueño a los expertos. “La prueba ha sido un Ă©xito”, celebraron.
Objetivo: ampliar opciones
El experimento resulta curioso, pero aĂșn mĂĄs lo es para quĂ© lo montaron. Su objetivo no era comprobar un nuevo airbags para autos, ni llevar al lĂmite una aleaciĂłn metĂĄlica reciĂ©n descubierta. FrĂo, muy frĂo. Lo que querĂan en Caltech era poner a prueba un sistema de aterrizaje que en un futuro no muy lejano quizĂĄs nos ayude a expandir —y abaratar— la exploraciĂłn de Marte.
El peculiar cofre con el que trasteaban los cientĂficos del JPL se llama SHIELD, siglas en inglĂ©s de “Dispositivo simplificado de aterrizaje de energĂa de alto impacto”. Y eso es lo que busca: ofrecer una alternativa simple para aterrizar sobre una superficie... sin descartar la opciĂłn de estamparse contra ella. QuizĂĄs suene descabellado, pero a la NASA lo de los “aterrizajes forzosos” deliberados no le suena tan mal cuando de lo que se trata es de posarse sobre la superficie de otros planetas.
“La NASA ha aterrizado con Ă©xito en Marte en nueve ocasiones utilizando paracaĂdas de Ășltima generaciĂłn, enormes airbags y mochilas propulsoras para dejar las naves espaciales a salvo en la superficie. Ahora los ingenieros estĂĄn probando si la forma mĂĄs sencilla de llegar a su superficie es estrellarse”, detalla la propia agencia espacial. La idea es relativamente simple: en vez de desplegar un sistema que permita frenar la velocidad de descenso, se apuesta por un mĂłdulo diseñado de tal forma que sea capaz de absorber la energĂa del impacto. SĂ, incluso la de uno muy violento.
La clave de SHIELD estĂĄ en su configuraciĂłn, una especie de pirĂĄmide invertida compuesta por anillos metĂĄlicos diseñados para amortiguar los efectos de grandes impactos. La dinĂĄmica es mĂĄs o menos parecida a la de un acordeĂłn o la estructura deformable de un vehĂculo. El objetivo Ășltimo de la NASA al plantearlo es crear un mĂłdulo de aterrizaje que permita que misiones de bajo coste lleguen a la superficie del planeta rojo mediante un aterrizaje forzoso… pero seguro.
“Si quieres aterrizar algo con fuerza en la Tierra, ¿por quĂ© no hacerlo al revĂ©s para Marte? Y si podemos hacer un aterrizaje duro en Marte, sabemos que SHIELD podrĂa funcionar en planetas o lunas con atmĂłsferas mĂĄs densas”, señala Velibor Cormarkovic, miembro del equipo.
SHIELD ofrece algunas posibilidades interesantes a la NASA. La primera es que simplificarĂa “el angustioso proceso” de entrada, descenso y aterrizaje en el planeta rojo, abaratando su coste.
La segunda es que amplĂa las opciones a la hora de estomar un punto en la geografĂa marciana sobre el que posarse. “Creemos que podrĂamos ir a ĂĄreas mĂĄs traicioneras, donde no querrĂamos arriesgarnos tratando de colocar un rover de mil millones de dĂłlares con nuestros sistemas de aterrizaje actuales
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