Una asombrosa explosión galáctica se atribuye a la colisión de agujeros negros

Los científicos creen que una inmensa explosión detectada es el resultado de la colisión de un agujero negro con una estrella. El estallido, de 50 segundos de duración y bautizado como GRB 211211A, liberó abundantes rayos gamma en una galaxia situada a unos 1.100 millones de años luz de distancia. El suceso fue captado por el telescopio espacial de rayos gamma Fermi de la NASA en diciembre de 2021 y enseguida llamó la atención de los investigadores.Con casi un minuto, la explosión duró mucho más que otros estallidos de rayos gamma detectados anteriormente, lo que indica un evento de proporciones asombrosas.

"No esperamos que las fusiones duren más de unos dos segundos", dijo a la BBC Benjamin Gompertz, coautor de un nuevo estudio publicado en la revista Nature y profesor asistente en la Universidad de Birmingham. "De alguna manera, éste impulsó un chorro durante casi un minuto completo". Durante décadas, los astrofísicos han creído que sólo el colapso de estrellas masivas podía dar lugar a estallidos de rayos gamma prolongados como éste.

Sin embargo, este estallido en particular podría obligarles a reevaluar lo que sabemos sobre estos sucesos raros y violentos.

Por un lado, la luz liberada por el GRB 211211A presentaba mucha más luz infrarroja de lo esperado.Según el equipo dirigido por la astrofísica Jillian Rastinejad, de la Universidad Northwestern, la luz podría ser el resultado de una kilonova, un fenómeno desencadenado por la colisión de una estrella de neutrones con un agujero negro.

"Este fenómeno no se parece a nada que hayamos visto antes en una explosión de rayos gamma de larga duración", afirma Rastinejad en un comunicado. "Sus rayos gamma se parecen a los de las explosiones producidas por el colapso de estrellas masivas". Cuando entré en este campo hace 15 años, estaba claro que los estallidos de rayos gamma largos se producían por el colapso de estrellas masivas", afirma en el comunicado Wen-fai Fong, de Northwestern y autor principal del estudio. Este hallazgo inesperado no sólo representa un cambio importante en nuestra comprensión, sino que también abre una nueva ventana para el descubrimiento". Detectar las kilonovas es extremadamente difícil, ya que se desvanecen muy rápidamente. Afortunadamente, tienen una firma única, ya que "se alimentan de la desintegración radiactiva de algunos de los elementos más pesados del universo", según Rastinejad.

Pero con la observación de GRB 211211A, los astrónomos podrían ampliar el alcance de su búsqueda.

"Ahora, sabemos que también podemos utilizar algunos estallidos de rayos gamma largos para buscar más kilonovas", explicó Rastinejad en el comunicado.

Los investigadores esperan ahora que el innovador telescopio espacial James Webb de la NASA pueda arrojar más luz sobre el fenómeno.

"Con el JWST, podríamos haber obtenido un espectro de la kilonova", dijo Rastinejad. "Esas líneas espectrales proporcionan pruebas directas de que se han detectado los elementos más pesados.