Las centrales nucleares no van a resolver el problema de los centros de datos para IA. No por ahora
La proliferaciĂłn de los grandes centros de datos para inteligencia artificial (IA) plantea un problema energĂ©tico muy serio. Tanto, de hecho, que el Departamento de EnergĂa de EEUU se estĂĄ planteando la posibilidad de que las empresas que tengan grandes centros de datos dedicados al entrenamiento de modelos de IA instalen en sus proximidades una pequeña central nuclear que sea capaz de satisfacer sus necesidades energĂ©ticas.
No obstante, si el Departamento de EnergĂa considera que la opciĂłn nuclear es la idĂłnea para resolver las necesidades elĂ©ctricas de los grandes centros de datos para IA la contribuciĂłn total de esta forma de energĂa al mix deberĂĄ ser mucho mĂĄs alta. Y este plan, como es lĂłgico, requiere afrontar grandes inversiones. Microsoft, de hecho, es una de las compañĂas estadounidenses que se estĂĄn planteando seriamente apostar por la energĂa nuclear para abastecer sus centros de datos.
SegĂșn el grupo de inversiĂłn Goldman Sachs la construcciĂłn de nuevos centros de datos para IA en EEUU provocarĂĄ que su consumo de electricidad se triplique en 2030, por lo que serĂĄ necesario dotar a la red de 47 gigavatios adicionales. Las centrales nucleares son un recurso muy valioso en este escenario, de eso no cabe la menor duda, pero no representan una soluciĂłn que pueda implementarse al mismo ritmo al que se estĂĄn construyendo nuevos centros de datos. De hecho, los desafĂos que conlleva la utilizaciĂłn de la energĂa nuclear en esta coyuntura son muy importantes.
La semana pasada os contamos que Microsoft se ha aliado con Constellation Energy para reabrir la central nuclear 'Three Mile Island', en Pensilvania (EEUU), con el propĂłsito de generar 835 MW de potencia que estarĂĄn destinados a sus centros de datos. Hasta aquĂ todo pinta bien, pero no debemos pasar por alto que el plan inicial de Microsoft y Constellation Energy contempla poner en marcha un solo reactor en 2028. Esto significa, sencillamente, que en el mejor de los casos la reapertura se producirĂĄ dentro de cuatro años. Y la entidad reguladora, que tiene la Ășltima palabra, todavĂa no ha recibido por el cauce oficial la solicitud pertinente.
La conclusiĂłn razonable a la que podemos llegar es que reabrir una planta nuclear cerrada lleva tiempo. Probablemente varios años. Y construir una nueva planta conlleva aĂșn mĂĄs tiempo. En China y Corea del Sur algunas nuevas centrales estĂĄn listas para operar en un plazo de entre 5 y 7 años, pero en otros paĂses algunos proyectos se han prolongado durante 10 años o mĂĄs. Por otro lado, la AdministraciĂłn liderada por Joe Biden se ha propuesto agilizar la concesiĂłn de las licencias, pero la instituciĂłn responsable en EEUU, la ComisiĂłn Reguladora Nuclear o NRC por su sigla en inglĂ©s, no expide licencias para instalaciones nucleares con ligereza.
TambiĂ©n podemos preguntarnos quĂ© sucederĂa si los centros de datos se limitasen a alimentarse de la infraestructura elĂ©ctrica actual. Si siguen proliferando al ritmo al que lo estĂĄn haciendo actualmente, y probablemente esta velocidad de expansiĂłn se incrementarĂĄ, podrĂan surgir problemas de suministro. Y, ademĂĄs, se originarĂa una competencia entre estos centros de alto consumo y los demĂĄs clientes de la red que incrementarĂa perceptiblemente la factura elĂ©ctrica para todos los usuarios. Con toda probabilidad las centrales nucleares son una parte muy importante de la soluciĂłn, pero, como defienden los expertos en energĂa nuclear consultados por Reuters, no representan una opciĂłn con la que podamos contar de manera inmediata.
Imagen Foro Nuclear
En este blog EEUU coge carrerilla con la nuclear: ya estudia cĂłmo transformar sus plantas de carbĂłn en centrales nucleares
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