La nueva sonda espacial de la ESA tiene una misi贸n como ninguna en la historia: tender una emboscada a un cometa
No risk, no gain. Ya se sabe: quien nunca se arriesga, nunca gana. La Agencia Espacial Europea (ESA) ha decidido aplicarse esa m谩xima y emprender una tarea que rompe con la r铆gida y estricta planificaci贸n que define habitualmente la exploraci贸n espacial, trazada al mil铆metro para optimizar los costes. En contra de la l贸gica habitual, el organismo europeo ha decidido poner en marcha una misi贸n que partir谩 de la Tierra dentro de unos a帽os... sin ning煤n objetivo preciso.
¿Significa eso que se lanzar谩 a la buena de Dios? Para nada. Que no despegue con un destino claro no significa que no tenga una intenci贸n clara. Comet Interceptor —como se ha bautizado la misi贸n— viajar谩 cientos de miles de kil贸metros hasta alcanzar el segundo punto de Lagrange (L2) para, una vez all铆, esperar a alg煤n cometa que nos pueda hablar sobre los albores del Sistema Solar.
Como explica la revista Nature, su peculiar misi贸n consistir谩 ni m谩s ni menos que en “tender una emboscada” a un objetivo a煤n por definir. En cierto modo, su cometido se parece al de un pescador que sale una buena ma帽ana de casa con la ca帽a al hombro. Puede que regrese con una enorme y jugosa trucha. O que lo haga con las manos vac铆as. Ah铆 reside el riesgo. Y el premio, claro.
Una larga espera de a帽os
La misi贸n se seleccion贸 hace ya tres a帽os, pero acaba de recibir ahora el visto bueno de la ESA. El calendario que tiene sobre la mesa contempla que pueda lanzarse entre 2028 y 2029 junto a Ariel, un nuevo telescopio dise帽ado para ayudarnos a estudiar mejor las atm贸sferas de los exoplanetas.
Comet Interceptor y Ariel viajar谩n como compa帽eros de traves铆a hasta L2, punto de estabilidad gravitacional situado a unos 1,5 millones de kil贸metros de la Tierra, el mismo en el que se sit煤a el Telescopio Espacial James Webb. Quiz谩s lo m谩s curioso es qu茅 una vez all铆 Comet Interceptor no realizar谩 ninguna observaci贸n, ni tarea especial. Su misi贸n en L2 consistir谩 en esperar emboscado, hasta seis a帽os si es necesario, a que pase una v铆ctima adecuada a la que seguirle la pista.
¿Qu茅 clase de v铆ctima? Pues b谩sicamente lo que buscar谩 Comet Interceptor es un “cometa pr铆stino” que trace una 贸rbita amplia, un cometa de per铆odo orbital largo, de m谩s de 200 a帽os. Su origen podr铆a estar en la Nube de Oort, una regi贸n de objetos helados situada m谩s all谩 de Neptuno.
Cuando la nave detecte un objetivo que cumple las caracter铆sticas que busca y pase cerca de la 贸rbita terrestre, Comet Interceptor se activar谩, abandonar谩 L2 y pasar谩 a unos mil kil贸metros del cometa. Las dos sondas que incorpora, m谩s peque帽as, se encargar谩n de aproximarse a 400 kil贸metros de su superficie para tener un “encuentro” que se prolongar谩 unas horas.
ESA’s @cometintercept mission to visit a #comet has just been ‘adopted’ meaning the study phase is complete and, following selection of the spacecraft prime contractor, work will soon begin to build the mission
— ESA Science (@esascience) June 8, 2022
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No es mucho, cierto; pero los expertos de la ESA conf铆an en que deje una recompensa cient铆fica de primera: mediciones y datos sobre la composici贸n del cometa, su gas, polvo, temperatura, im谩genes de primer plano… que ahora no podemos obtener a distancia con nuestros telescopios.
La gran pregunta es: ¿Por qu茅 tantos esfuerzos para lograr esa informaci贸n? ¿Qu茅 tienen de especial estos cometas? Al fin y al cabo, la ESA ya ha visitado otros de periodo corto.
Ahora su objetivo es distinto: “visitantes” del Sistema Solar exterior o incluso de otra estrella, una oportunidad fant谩stica para conocer datos, por ejemplo, de los albores del Sistema Solar, hace miles de millones de a帽os. En el caso de que detectara un objeto expulsados de otros sistemas solares, como Oumuamua (2017) o Borisov (2019), podr铆a mostrarnos incluso datos m谩s llamativos.
“Es un mensaje en una botella del per铆odo de formaci贸n”, comenta Michael Kueppers, cient铆fico de la ESA, a Nature. Al haber pasado menos tiempo en el Sistema Solar interior que otros cuerpos, como los visitados por la nave espacial Rosetta, est谩n tambi茅n menos alterados por el Sol. Algo similar ocurre con los objetos interestelares. "Es extremadamente emocionante. Estaremos atentos", reconoce Geraint Jones, cient铆fico planetario del University College London.
La perspectiva es fascinante, pero no est谩 exenta de riesgos. El propio Jones reconoce que las posibilidades de encontrar un objeto interestelar resultan "peque帽as". En cuanto a los cometas de per铆odo largo que llegan al Sistema Solar, el equipo de la ESA calcula que la probabilidad de que se d茅 una buena oportunidad ronda el 80%. El problema: solo se pueden detectar con unos meses antes de que se aproximen al Sistema Solar interior, lo que explica que los expertos de la agencia europea prefieran tener la sonda al acecho y preparada en L2, a la espera de su oportunidad.
Por si todo se torciese y los porcentajes de probabilidad jugasen una mala pasada a la ESA, sus cient铆ficos han trazado tambi茅n un plan B. La fortuna, ya se sabe, sonr铆e a los audaces. En el poco probable caso de que no apareciese un cometa al que dar caza, la misi贸n cambiar铆a su objetivo y se aprovechar铆a para visitar alg煤n otro objetivo, como un cometa que se cree roto en pedazos.
Imagen | University of Hertfordshire Observatory (Flickr) y ESA
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Carlos Prego
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