JapĂłn siempre se habĂa librado del ransomware porque su idioma era demasiado difĂcil. Hasta ahora
Ni carĂsimos sistemas de protecciĂłn, ni grandes expertos en plantilla. A lo largo de los Ășltimos años las empresas e instituciones de JapĂłn han logrado capear mĂĄs o menos la ola de ciberataques de ransomware gracias a la protecciĂłn mĂĄs insospechada… y desde luego efectiva: su idioma.
A pesar de que el paĂs del "sol naciente" es sede de grandes corporaciones y una de las naciones mĂĄs ricas del mundo, la complejidad de su lenguaje lleva años actuado a modo de barrera natural frente a grupos de hackers internacionales. Sencillamente, en Occidente habĂa vĂctimas igual de atractivas que no exigĂan dominar el alfabeto asiĂĄtico, con sus hiragana, katakana y kanji.
Hasta ahora.
Nuevos recursos, nuevo objetivo
El sector del crimen tiene tambiĂ©n sus tendencias y corrientes. Y en el caso del ransomware, el malware que amenaza a las vĂctimas con el bloqueo o la divulgaciĂłn de datos, parecen apuntar cada vez mĂĄs a JapĂłn. Lo que hasta hace poco era un “mercado” poco atractivo para las grandes bandas de hackers, instaladas —o eso se cree— en Rusia, Bielorrusia y el resto de Europa del Este, ha pasado a convertirse en un dulce de lo mĂĄs apetitoso. ¿La razĂłn? Un cĂłctel de factores.
QuizĂĄs el mĂĄs importante —detalla Financial Times— es el desgaste de los caladeros habituales de los piratas. Los criminales cambian sus estrategias y buscan vĂas que todavĂa les permiten atacar a grandes corporaciones, sĂ; pero poco a poco y a medida que se acumulan las noticias, sus vĂctimas ganan experiencia y recursos. Un estudio de Nuub calcula que el 70% de las firmas españolas prevĂ©n destinar mĂĄs fondos a ciberseguridad, bastante mĂĄs que en los Ășltimos años.
El COVID y la expansiĂłn del teletrabajo durante el inicio de la pandemia abrieron nuevas oportunidades para los hackers en Occidente, pero ese escenario cambia poco a poco y las bandas han optado por mirar a nuevos “mercados”, igual de rentables y en los que empresas e instituciones tienen menos experiencia y pueden estar dispuestas a pagar rescates. En ese viraje JapĂłn, el paĂs que perdĂa atractivo hasta ahora por la complejidad de su idioma, ocupa una posiciĂłn clave.
¿Significa eso que las bandas se han puesto a estudiar manuales sobre japonĂ©s? ¿Han aprovechado la pandemia para familiarizarse con el alfabeto nipĂłn? No. Sencillamente, ahora tienen una mayor motivaciĂłn para salvar la barrera… y mĂĄs recursos tambiĂ©n que les ayudan en ese empeño.
Si hasta hace no mucho enviar un email en japonĂ©s suponĂa una prueba de fuego para los cibercriminales y era relativamente fĂĄcil que cualquier administrativo detectase erratas que delataban el engaño a millas —nada que no ocurra a menudo con muchos correos de estafa en español—, las nuevas herramientas de los piratas hacen que ahora esa misiĂłn resulte mucho mĂĄs sencilla.
Gracias a softwares de traducciĂłn basados en inteligencia artificial (IA) cada vez mĂĄs precisos e incluso la ayuda de traductores profesionales que pueden no estar al tanto del uso final que se darĂĄ a su trabajo, los hackers consiguen burlar la barrera idiomĂĄtica. Casos hay ya que lo demuestran. A finales de 2021 un pequeño hospital del paĂs sufrĂa los efectos demoledores de un ciberataque.
Financial Times cita a directivos de la firma Nihon Cyber Defense (NCD) que aseguran haber percibido un fuerte aumento de ataques. La tendencia se aprecia tanto en el paĂs como en las operaciones de firmas niponas a nivel internacional. Oficialmente en 2021 se habrĂan comunicado 146 incidentes, una cifra no excesivamente alta; pero que, como desliza el rotativo americano, probablemente represente Ășnicamente una fracciĂłn del volumen real de ciberataques.
El problema, desde luego, no es exclusivo de JapĂłn ni significa que la amenaza vaya a bascular completamente y libere a las empresas occidentales. En los Ășltimos meses algunas empresas e instituciones occidentales han sufrido ataques importantes y hace solo un año, en julio de 2021, EEUU registraba un ataque “colosal” que afectĂł a alrededor de 200 empresas del paĂs.
Es mĂĄs, segĂșn un informe elaborado por la firma Sophos, el año pasado se duplicĂł el porcentaje de negocios que se enfrentaron a ransomware a nivel global: si en 2020 suponĂan apenas un 37%, en 2021 eran ya el 66%. Su muestra en España eleva el dato ligeramente, al 71%.
Imagen de portada | Michael Geiger (Unsplash)
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Carlos Prego
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